La biblioteca recomienda en junio… “Dispara a la luna” de Reyes Calderón

Las venganzas te matan dos veces y la amistad perdura», aseguró este jueves Reyes Calderón. Esa es una lección que, contó, había aprendido con su último libro, «siempre aprendo cuando escribo y si no aprendiera no escribiría». La escritora lo contó en la rueda de prensa, tras reposar levemente la noticia de haberse convertido en la ganadora de la vigésimo tercera edición del Premio Azorín.

«Da vértigo sumarte a una lista de ganadores en los que conoces a todos», confesó la autora, «no digo en broma que me emociona». Y añadió que «me sigue emocionando cada vez que alguien lee mis libros o me habla de Lolilla, no sé si es la edad pero me emociona».

La Lolilla que menciona es el diminutivo con el que afectuosamente se refiere a la protagonista de “Dispara a la luna”, un título con el que traduce la expresión ‘Shoot for the Moon’ con la que los ingleses se suelen referir a que hay que aspirar a lo mejor.

Este año el galardón literario apuesta por la que a priori parecía una novela negra, la sexta entrega además de una serie protagonizada por una veterana juez, Lola MacHor. Jurado y autora se encargaron de matizar las ideas preconcebidas. Según Eslava Galán, frente a las novelas policíacas de corte clásico, que a su juicio «suelen presentar personajes acartonados», aquí «están perfectamente delimitados; me recuerda a la novela inglesa que tiene esa riqueza para crear personajes».

Y tanto que lo están, el universo creado por la autora vallisoletana se centra en MacHor, una mujer a la que ha ido retratando en diferentes etapas de su vida hasta que la ha coronado, de momento, como la primera juez de la sala de lo Penal del Tribunal Supremo. A ella la acompañan su marido y el inspector Iturri, entre otros. «Es una novela de personajes, muy coral, que me ha gustado muchísimo escribir», señaló Calderón, quien trabaja como profesora de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales en la universidad de Navarra.

En esta ocasión, sedujo al jurado sobre las otras 95 historias candidatas al contar el secuestro de un policía en tierras francesas. «Nadie sabe quién lo hizo ni por qué», adelantó, pero la sombra de ETA está presente. Ambientada en la actualidad, cuando la banda terrorista mantiene una tregua, «en la que gracias a Dios, repito, no se secuestra, resulta muy extraño». El noveldense José Payá, otro de los miembros del jurado, destacó que ese misterio atrapó rápidamente a la comisión lectora y que esa era una de sus virtudes más preciadas.

Ayudándola a conseguir la fidelidad en la recreación de los seis días intensos en los que ambienta estas investigaciones, Calderón contó con la ayuda de su equipo de profesionales que la asesoran. La Guardia Civil y la Gendarmería francesa la apoyaron para lograr esa verosimilitud. «Me resulta fascinante el trabajo que nunca hemos visto», explicó al respecto.

Es la primera vez que embarca a su personaje fetiche en un caso de este tipo pero aseguró que su objetivo no fue premeditado, «no busco una historia, me encuentran y esta no la podía dejar de escribir».

Para presentarla a los nuevos lectores que alcance a través de este premio, Calderón describió a su creación como «una pelirroja que da mucho de sí, es una mujer de la que uno se enamora; es como uno de nosotros pero como ninguno y mucho mejor que yo por supuesto». «Lola no es un personaje perfecto», dijo de ella, «tiene errores». Eso sí, mantiene «ese punto de alguien que cree en la justicia: dicen que los jueces no creen en ello cuando consiguen la plaza, pero la juez MacHor no es así». «Tiene un punto artista, quijotesco, muy femenino y valentía», completó.

Y si alguno tenía miedo de no conocer el pasado narrado en las anteriores novelas, Calderón quitó el miedo. Por eso recalcó que en su caso sus obras literarias se sostienen en un personaje siempre. «Haya otras novelas anteriores y posteriores, pero es tan MacHor que tiene entidad por sí misma», concluyó.