La biblioteca recomienda en septiembre… “El jurado número 10” de Reyes Calderón
La novela ‘El jurado número 10′ de la escritora y decana de la facultad de Economía de la Universidad de Navarra, Reyes Calderón, ha recibido el galardón literario de la IV edición del ‘Premio Abogados de novela’, que conceden de forma conjunta el Consejo General de la Abogacía Española, la Mutualidad de la Abogacía y Ediciones Martínez-Roca, del Grupo Planeta
El galardón, que comporta un premio de 50.000 euros para su ganador, tiene el objetivo de divulgar el mundo en el que se desenvuelve la actividad de los abogados, según sus impulsores. De este modo, busca premiar a obras con calidad literaria y que ayuden al lector a profundizar en el conocimiento de esta profesión y sus ámbitos de actuación, valores, proyección y trascendencia social de su función.
El jurado, compuesto por representantes de todas las entidades que impulsan el galardón, emitió el fallo a favor de la novela de Reyes Calderón por unanimidad de entre más de 100 obras de España e Hispanoamérica. La elección se debe a la estupenda factura literaria de la novela así como a su facilidad de lectura, la capacidad de sorpresa para con el lector y a una trama extraordinariamente bien armada y que con sentido del humor aporta una visión con las luces y las sombras de la Abogacía desde un pequeño despacho.
En el «El jurado número 10», se debate qué pasa cuándo se cae en la tentación de tomar atajos en la justicia y para ello, reproduciremos una entrevista con la autora, publicada en el diaro Abc.
Reyes Calderón vuelve a meterse en arenas jurídicas. Pero esta vez deja a la juez Lola MacHor y se pone en la piel de un abogado que han despedido de su bufete y abre un despacho laboral por su cuenta. Drogas, dinero, muertes y un ritmo trepidante provocarán que la vida del abogado penda del hilo de la justicia. Su novela, «El jurado número 10», ha sido la ganadora de la IV Edición del Premio Abogados de Novela.
-La juez Lola MacHor ha protagonizado muchos de sus libros, pero en este se pone al otro lado del estrado, ¿le apetecía un cambio de perspectiva de la justicia?
-Sí, la verdad es que me apetecía bajar a la arena. De hecho, el lenguaje tan especiado, tan normativo de los jueces visto desde la otra perspectiva es bastante distinto. Como tenemos hoy la justicia en todos los periódicos, me apetecía acercarme a ese lado más próximo al ciudadano.
Además, el 99 por ciento de los despachos de abogados en España son pequeños, con lo cual no me apetecía ir a un despacho grande, si no verdaderamente a la arena que era el despacho pequeño.
-¡Y en vaya lío le mete!
-El lío procede de hechos reales. Lo he tomado de la cruda realidad. Lo que he hecho es coger trozos de casos para envolver uno (el del millón de euros que no apareció) y terminar yo con el jurado popular porque éste no llegó al juzgado.
Quizá en esa medida nos resulte más familiar porque es tan ordinario, es decir, surge lo extraordinario de algo tan ordinario que parece de novela. Pero es la realidad, que supera la ficción.
Atajos en la justicia
«El lío en el que se mete el protagonista procede de hechos reales»
-El protagonista es un abogado, pero también hace las veces de juez, de jurado…
-Bueno, podemos ser cualquiera de nosotros. Tienes una vida ordinaria, te pasa una cosa extraordinaria y te encuentras con que tienes enfrente a la justicia. He llamado a la novela «El jurado número 10», precisamente porque la ley marca que sean nueve. Pero siempre tienes la tentación de jugar a ser tú el jurado número diez, o bien, a tomarnos la justicia por nuestra mano, a tomar atajos (manipular pruebas, mentir…) cuando la justicia no te acaba de gustar o no salen las cosas como habíamos previsto.
La novela trata de ponernos en la situación de que como tenemos una justicia que no nos termina de convencer del todo, qué ocurriría si lo hiciéramos nosotros por nuestra cuenta. Esa era la pregunta que late en el fondo de toda la obra.
-También se menciona en varias ocasiones que el jurado popular tiende a ser más benevolente que un juez. Justo ahora, que se ha eliminado el jurado de los casos de corrupción.
-En realidad como delito la corrupción no existe, existen como una colección de delitos, pero efectivamente el cohecho pasivo de Valencia fue por jurado, por ejemplo.
Es cierto que la justicia deriva del pueblo, el pueblo somos cualquiera de nosotros que al azar salimos en una lista y nos toca formar parte de un jurado, la cuestión que late es que la ley todavía es nueva, que no estamos preparados quizá para esto.
Veredictos peculiares
«No nos sobran seis millones de personas en España, es que no nos hemos organizado bien»
-¿Es el tema que quería poner sobre la mesa?
-Todas las estadísticas muestran que cuando uno se encuentra en un jurado y tiene que meter a una persona cuarenta años en la cárcel por un asesinato (que puede haber cometido o no porque tampoco tienes nunca la certeza), pues uno tiende a ser menos objetivo y a ser más benevolente.
Además, tratándose de temas en los que hay envuelto mucho dinero en procedimientos poco claros, como los casos de blanqueo, a veces no se terminan de comprender, y cuando esto pasa también se es más benevolente.
La discusión está ahí, si debemos ejercerlo nosotros o un jurado profesional o uno mixto, como hay en otros ordenamientos. Creo que es la primera vez que se escribe una novela con un jurado popular en el ámbito español. Los americanos dedican muchísimo dinero a seleccionar el jurado, miran todos los antecedentes, miran los gestos, nosotros no tenemos esas cantidades de dinero ni estamos preparados, ni tenemos costumbre y entonces pues a veces no se selecciona bien el jurado y salen unos veredictos un poco peculiares.
-«El jurado número 10» refleja con toda crudeza la crisis actual.
-Cuando a García Lorca le preguntaban por qué tenía que escribir contestaba «Porque yo necesito decir protesto, protesto y protesto». Es quizá nuestra única arma como escritores.
Precisamente por eso he puesto un despacho laboral de un hombre al que han despedido porque ese es el futuro de España, la iniciativa de cada uno, que a lo mejor nos tienen que poner en esa situación extrema para decidirnos.
Hay un dicho de Confucio que dice «Una sociedad bien gobernada se avergüenza de sus pobres mientras que una sociedad mal gobernada se avergüenza de sus ricos». Creo que en España estamos en esta ultima situación porque se oye mucho eso de que a los ricos hay que subirles los impuestos, hay que coger a los evasores… Eso quiere decir que no nos estamos preocupando de quien nos deberíamos preocupar de verdad que son los pobres, señal de que algo no estamos haciendo bien.
Quería llamar la atención sobre este tema porque no nos sobran seis millones de personas en España, es que no nos hemos organizado bien, y la manera que tengo de explicarlo no es un contrato único es esta novela.
-¡Hasta menciona en el libro esa catastrófica cifra de seis millones de parados!
-Es que habitualmente manejo predicciones y, aunque las predicciones están para no cumplirse, desgraciadamente las del desempleo se cumplen más que otras, y era a lo nos avocamos ahora. Esperemos que hayamos tocado fondo definitivamente. Yo lo espero así, por supuesto.
Fuente:
http://www.abc.es/cultura/libros/20130518/abci-reyes-calderon-201305171407.html
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