La biblioteca recomienda en febrero… ”Buscando a Alaska” de John Green
“Buscando a Alaska”, bebut literario del fenómeno John Green
«Una semana antes de que dejara a mi familia, Florida y el resto de mi vida anterior para irme a un internado de Alabama, mi madre insistió en celebrar una fiesta de despedida en mi honor. Decir que yo tenía pocas expectativas sería subestimar demasiado el asunto. Aun cuando me vi más o menos forzado a invitar a todos mis «amigos de la escuela», es decir, a la muchedumbre heterogénea de teatro y los «matados» de la clase de inglés con los que me sentaba por una necesidad social».
Dos jóvenes, Miles y Alaska, buscan el sentido de la vida en un internado de Alabama.
Actualidad editorial:
La publicación de Buscando a Alaska (Nube de Tinta, 2014) completa el círculo de novelas escritas por el aclamado ídolo de la novela juvenil John Green. En 2005, tras trabajar en el mundo editorial como crítico y editor, Green se pasó a la escritura con Buscando a Alaska, primera novela que le reportó una medalla Printz así como un hueco entre las diez mejores novelas juveniles del año. Después vendrían El teorema Katherine (2006), Ciudades de papel (2008) y Bajo la misma estrella –un auténtico fenómeno literario que ha recibido una larga relación de premios y acumula más de siete millones de ejemplares vendidos en todo el mundo–, que le ha terminado convirtiendo en uno de los autores más reconocidos del género crossover.
«Iba en busca de un Gran Quizá y sabían, igual que yo, que no lo iba a encontrar entre gente como Will y Marie. Me volví a sentar en el sofá, entre mamá y papá. Mi padre me abrazó y nos quedamos allí juntos mucho tiempo, hasta que nos pareció bien encender el televisor. Luego cenamos salsa de alcachofas y vimos un rato el Canal Historia. Y en lo que a fiestas de despedida se refiere, sin duda podría haber sido mucho peor».
Miles tiene 16 años, vive con sus padres en Florida y está cansado de su monótona vida. Le fascina memorizar las últimas palabras pronunciadas por personajes ilustres antes de morir y, siguiendo una de esas citas, decide buscar su «Gran Quizá» en el internado Culver Creeks de Alabama. Allí conoce a su compañero de habitación, El Coronel, y a Alaska, la chica más peculiar del internado. Alaska tiene un novio al que apenas ve; es atrevida, inteligente, sexy, descarada, misteriosa, y tiene un trágico pasado que la tortura: cuando sólo tenía ocho años, vio morir repentinamente a su madre en la cocina de su casa sin que ella pudiera hacer nada. Desde entonces, se odia a sí misma por no haber sabido ayudarla y vive en lo que llama «el laberinto de sufrimiento».
«El Coronel me explicó que: 1) esa era la habitación de Alaska, 2) ella tenía una habitación individual porque a la chica que debía ser su compañera de cuarto la habían expulsado al final del año anterior, y 3) Alaska tenía cigarrillos, aunque el Coronel olvidó preguntar si 4) yo fumaba, lo cual 5) no hacía».
Tras semanas de acercamiento, dudas y emociones, por fin Miles y Alaska se besan. Todo parece ir bien hasta que de forma inesperada, ocurre una tragedia que los separará para siempre: Alaska irrumpe en la habitación de Miles y El Coronel, alterada, bebida y muy nerviosa, farfullando que ha vuelto a meter la pata y que tiene que irse…
Miles es un joven que busca su destino, y Alaska, la preciosa, descarada, fascinante y autodestructiva Alaska es una chica perdida en el laberinto de la vida. Ambos se enfrentan a preguntas intemporales: ¿qué significado tiene nuestra existencia?, ¿podemos llevar una vida plena tras vivir una tragedia sin resolver?
Los críticos destacan de esta novela el dominio absoluto del lenguaje que demuestra su autor y su capacidad para lograr la empatía y complicidad del lector: las chicas llorarán y los chicos encontrarán amor, deseo, pérdida y anhelo en el personaje de Alaska.
Fuente: culturamas.es/blog/2014/10/19
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